Eres
- LAURA GUTIERREZ
- 27 oct 2024
- 1 Min. de lectura
Al husmear en mis viejas memorias, me encontré con recuerdos que creía perdidos para siempre. Reviví momentos que me hicieron sentir el calor de un hogar, como el olor del café recién hecho a media tarde, la melodía suave de una trompeta de jazz llenando el aire, y la calidez del sol contrastando con la frescura del viento. Todo esto me llevó a recordar una época en la que escribía en un blog, un espacio que se convirtió en mi refugio para aliviar mi alma.

Recuerdo las tardes en las que me sentaba a escribir, rodeada de la brisa suave que parecía acariciar mis pensamientos. Los árboles, con sus hojas danzando al compás del viento, me hablaban de amor y esperanza. Esa sensación de conexión con el mundo, de encontrar refugio en lo simple, es algo que siempre atesoraré. Y aunque ahora siento que todo está un poco escondido, estoy convencida de que lo que encontré en el pasado volverá a mí.
Hay un poder en la esencia de lo que somos; nunca se desvanece por completo. Aunque en este momento pueda parecer distante, lo puedo sentir en mis huesos. Esa chispa de creatividad, esa alegría de vivir, está latente, esperando su oportunidad para resurgir. Me aferro a la creencia de que, así como las estaciones cambian, mi vida también experimentará ciclos de renovación.
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