top of page

♥ Desierto ♥

Hubo un momento en mi vida en el que me sentía un poco triste, inconclusa, perdida... Bueno, no sé exactamente cómo describirlo, pero lo importante es que no estaba bien y, sobre todo, me sentía insatisfecha. Todo parecía insignificante, tan vacío, que mi mente se sumió en la angustia. Sentía que hacía mucho pero no conseguía nada, y la falta de claridad sobre el camino a seguir solo empeoraba las cosas. Así que decidí acompañar a una amiga a escuchar la palabra de Dios.

La misa transcurría con normalidad, sin muchos adornos, simple pero hermosa. El padre empezó a relatar la historia de Jesús en el desierto: “Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto, donde durante cuarenta días fue tentado por el diablo”. Empezó a hablar sobre esto y se detuvo en explicar qué era el desierto, que definió como esas dificultades que enfrentamos en la vida pero que muchas veces creemos que son parte del destino, cuando en realidad son nuestras propias creaciones.

Esa idea resonó fuertemente en mi cabeza: "nosotros somos los creadores de nuestros desiertos". Durante días reflexioné sobre esta frase. Y luego, recordé lo que había sucedido en aquel entonces, cómo mi mente se había quedado meditando sobre las palabras del padre, porque al llevarlas a una situación tan común como un dolor de cabeza provocado por una noche de excesos, es totalmente cierto. Podemos ser los creadores de nuestros propios desiertos, nuestras propias dificultades en la vida debido a las decisiones que tomamos, ya sea consciente o inconscientemente.

Estos desiertos se crean cuando estamos a punto de tomar una decisión, y la mayoría de las veces se reducen a dos opciones, que generalmente nos benefician o nos perjudican. El secreto está en cómo podemos aprovechar esa situación para seguir creciendo, ya sea buena o mala, para que no nos genere un desierto sino una oportunidad de aprendizaje. Pero nos encerramos en esa idea de que es un desierto, que no hay esperanza, y ahí es donde nuestra mente se nubla, al punto de dejar que pensamientos negativos prevalezcan y no veamos una salida.

Un desierto puede ser cuando conoces a alguien que te gusta mucho, empiezan a hablar y todo parece genial. Pero de repente, deja de hablarte, de escribirte, parece que ha desaparecido. Lo superas, y meses después vuelve como si nada, dándote migajas de atención para mantenerte allí, como el jardinero que riega una planta solo cuando le apetece. Él es feliz así, porque tiene muchas opciones, pero tú sufres, te sumerges en la indecisión y te sientes mal. Pero la cuestión es que sabes qué hacer para no sentirte así, para no dejar que te afecte, sin embargo, decides quedarte allí, alimentando una falsa esperanza.

Me encanta algo que dijo Buika: "Tú sabes lo que tienes que hacer, pero no te da la gana de hacerlo, o simplemente no quieres". Entonces, ¿por qué te quejas? Si tú misma has creado ese desierto, ¿por qué mendigar atención? Porque, recuerda otra frase de algún famoso autor: cuando te quieren, se nota; cuando no te quieren, se nota aún más.

Pero bueno, nadie está libre de cometer errores, por cualquier razón, pero si ya estamos allí, ¿por qué nos escudamos en excusas para no salir de ahí, cuando sabemos cómo hacerlo? Somos unos atrevidos, porque vamos y le reclamamos a Dios, a la vida, al universo... ¡Ay, por qué a mí! Pero no recordamos cuando creamos ese desierto.

Con situaciones como estas, es claro que podemos ser los creadores de nuestros propios desiertos, nuestras propias dificultades en la vida, porque si no tomamos una buena decisión o no tenemos un plan de acción, jamás saldremos de ahí.

Después de todo esto, me dije a mí misma: ¡eres tonta! ¡Ja, ja! Estás triste por esto cuando sabes cómo solucionarlo. Entonces, ¿qué esperas para hacerlo? ¿Por qué permites que tu mente cree situaciones que no tienen sentido? ¡Hazlo ya! Si fallas y caes en otro desierto, pues bien, ya sabes cómo salir, pero no te permitas quedarte tanto tiempo allí. Aprende a agradecer, mantén una mentalidad positiva para minimizar al máximo la posibilidad de que esas crisis lleguen. Donde hay agradecimiento, no hay espacio para la tristeza ni la angustia, porque tu mente estará lista para tomar mejores decisiones o buscar soluciones.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
Te la dedico

Espero que estas palabras te alcancen en un momento de reflexión, donde la sinceridad fluya entre nosotros. Escribirte esta carta se ha...

 
 
 

Comentarios


bottom of page