Sin Memorias.

Días en los que se difumina la línea entre lo correcto y lo incorrecto, como si la propia vida, en su sigilo característico, se ocultara de sí misma. Durante estos momentos, surge la duda de si podemos seguir llamándola "vida", ya que parece que se desvanece ante nuestros ojos.

La lluvia fría que cae del cielo no coopera en elevar nuestros ánimos, el café helado no logra despertar nuestros sentidos y las sábanas frías nos sumen en una apatía que nos impide conectar con la verdadera esencia de la existencia. Son esos días en los que, a pesar de conocer el camino, la meta, el norte y el propósito, nos quedamos estancados en un escalón sin avanzar, viendo cómo nuestras fuerzas se desvanecen, como si la vida misma se retirara de nosotros.

En momentos así, nos planteamos si merece ser llamado "vida" lo que experimentamos. ¿Realmente se siente como la vida debería sentirse? A menudo, buscamos desesperadamente videos motivadores para hallar la inspiración necesaria para seguir adelante, pero rara vez encontramos orientación para lidiar con estos días, que quizás ni siquiera merezcan el nombre de "días", ya que nos encontramos tan perdidos que nuestra única opción parece ser dejarnos llevar por las olas pasivas, casi muertas de felicidad.

A veces, es necesario permitirnos este estado de divagación, mantenernos en calma, dejar de pensar y simplemente quedarnos sentados con la mirada perdida en el horizonte. Porque en estas etapas, como bien lo expresó una canción, "en estos días le sobran rimas al dolor". Necesitamos experimentar estas emociones, atravesar la tristeza, sentir la soledad y permitirnos llorar, como si la propia vida dejara de sentirse, como si no hubiera nada más.

Entonces, ¿podemos realmente denominar "vida" a estos días? La respuesta no está clara, y en este momento, quizás no sea relevante encontrarla. Lo importante es permitirnos sentir y vivir estos momentos, aceptarlos como parte intrínseca de la experiencia humana, y, tal vez, en medio de la aparente oscuridad, encontraremos la luz que nos guiará de nuevo hacia la vida en su plenitud.